Fotografía académica de bodegones

Durante el Renacimiento , se crearon en Italia las primeras academias europeas de bellas artes, que guiarían el estilo y las normas de la cultura visual en los siglos siguientes. El arte académico se hizo dominante en todo el continente en el siglo XVII, y los artistas se reunieron para ofrecer instrucción en este estilo de pintura y escultura. 

El periodo del arte académico representó un cambio significativo respecto a la época anterior, en la que pintores, escultores y otros artistas formaban parte de gremios y eran vistos más como artesanos que como proveedores de cultura. Aunque el mecenazgo de la élite y la iglesia seguía siendo fundamental, los jóvenes artistas pudieron mantenerse por primera vez mediante exposiciones académicas y un mercado independiente. Las principales academias fueron la francesa Académie Royale de Peinture et de Sculpture fundada en París en 1648 (que se convirtió en la Académie des Beaux-Arts tras la Revolución Francesa) y la London Royal Academy of Arts formada en 1768 bajo la dirección inaugural del pintor Joshua Reynolds. 

Los alumnos de la Academia esbozaron dibujos basados en grabados, esculturas y, finalmente, modelos vivos. Movimientos como el neoclasicismo y el romanticismo fueron especialmente populares en estas escuelas e instituciones artísticas, donde destacó la influencia de Rafael y Nicolas Poussin. La arquitectura y el diseño de muebles de las Bellas Artes también se inspiraron en estos movimientos y, como también se originaron en la Academia de Bellas Artes, estas disciplinas tienen puntos en común con la pintura y la escultura académicas.

Aunque el arte académico supuso un gran cambio para el estatus artístico cuando comenzó, a mediados del siglo XIX se consideraba anquilosado y resistente a las nuevas ideas, y la temática de artistas como William-Adolphe Bouguereau y Jean-Léon Gérôme se limitaba generalmente a temas alegóricos o mitológicos. El impresionismo, el realismo y los demás movimientos que se comprometieron con temas contemporáneos que siguieron fueron reacciones directas a la tradición académica, aunque ésta siguió informando a la vanguardia, ya que artistas como Gustav Klimt y Pablo Picasso iniciaron sus prácticas como realistas académicos.  

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