Thaddeus Radell

Hijo pródigo (VIII)

2022

Las pinturas de Thaddeus Radell se construyen mediante un proceso de acumulación y borrado: capas de pintura, arpillera y cera en una lenta excavación de la forma y el sentimiento. Sus obras se desarrollan con el tiempo, tanto en su realización como en su contemplación. Las figuras emergen de la abstracción, se disuelven en la textura y se reconfiguran con cada encuentro. Se invita a los espectadores a un espacio psicológico cambiante en el que el significado nunca está fijado, sino que se descubre a través de un compromiso profundamente sensorial. Las composiciones de Radell evocan narraciones míticas y emocionales, pero se resisten a la especificidad. Encarnan una especie de poesía visual -densa, luminosa y a menudo onírica- en la que un trozo de arpillera puede convertirse simultáneamente en carne, humo o sombra. Sus cuadros funcionan como cantos visuales: un viaje hacia el interior, donde la claridad se gana mediante la inmersión. Nacido y criado en Michigan, hijo de dos artistas, Thaddeus Radell se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Detroit/Mercy. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Nueva York, donde obtuvo su M.F.A. en la Parsons School of Design, estudiando con Paul Resika y Leland Bell. Pasó los años siguientes pintando en la ciudad y trabajando como ayudante de estudio de Resika, Robert DeNiro, padre, y Sydney Simon. En 1984 se trasladó a Francia, donde pasó los 14 años siguientes, dividiendo su tiempo entre los estudios de París y Provenza. Radell regresó a Nueva York en 2000, donde vivió y trabajó hasta que se trasladó a Catskill, Nueva York, en 2019. Actualmente es profesor en el Borough of Manhattan Community College/CUNY. La obra de Radell se guía por una creencia duradera en la pintura como modo de transformación, tanto para el creador como para el espectador.