Celia Rogge

Palais Lichtenau Festsaal, Díptico. De la serie Grandes Interiores

2019

La obra de Celia Rogge está fundamentalmente influida por vivir entre dos culturas, continentes, arquitecturas e idiomas divergentes. Aunque su lema autoproclamado es "Mira siempre hacia arriba...", en primer lugar lo dice en sentido figurado, pero, según su propia definición, también en sentido espiritual. Su obra se divide en su propio "yin yang" "orden y emoción", expresado en dos tipos de fotografía muy diferentes, una urbana y otra en la naturaleza. Su inspiración está profundamente arraigada en la noción de descubrimiento a través de reflejos visuales y una fuerte pasión por la simetría y la estructura lineal. Sus obras arquitectónicas de Nueva York, Londres y Reflejos de Berlín invitan al espectador a una nueva perspectiva sobre las claras líneas de estas metrópolis. Este gusto por la estructura lineal, el orden y el punto de fuga continúa en sus imágenes de grandes interiores de Europa, Estados Unidos y Australia. En su fotografía infrarroja diurna, las vistas comunes se filtran a través del poder transformador de la luz, que se absorbe y refleja en una longitud de onda distinta de la que puede ver el ojo humano. Capturando esta frecuencia diferente de la luz, descubre y transmite al observador lo emocional en lo no emocional. Sus vistas se elevan a una belleza espiritual superior.