Sir Alfred James Munnings

Roca de Norman

Sir Alfred James Munnings nació en Mendham, Suffolk, en 1878. Su padre era molinero y Munnings se crió en un molino en funcionamiento, en el que los caballos formaban parte de su vida cotidiana. Esto le llevó a profundizar en su interés por el mundo equino, que más tarde le impulsaría a convertirse en el principal pintor inglés del siglo XX de cuadros deportivos. Munnings fue aprendiz en una empresa de litógrafos de 1893 a 1898, y siguió estudiando en la Escuela de Arte de Norwich y en París, donde quedó impresionado por el naturalismo en plein air. A su regreso a Inglaterra, Munnings se convirtió en pintor a tiempo completo y estableció su propio estudio en Mendham, donde pintaba predominantemente escenas de la vida en el campo, centrándose en las ferias de caballos. En 1898 Munnings perdió la vista en el ojo derecho en un accidente, pero esto no le disuadió de pintar. Al año siguiente, Munnings expuso dos cuadros en la Exposición de Verano de la Royal Academy, con lo que adquirió una creciente reputación por su pintura. Su amor por el paisaje de East Anglian y sus actividades rurales se intensificó aún más tras una visita a una feria hípica en 1901. El apasionante mundo de los viajeros gitanos, así como el de la caza y las carreras de caballos, ofrecían a Munnings un amplio abanico de temas que enlazarían con su pasión por el paisaje y los caballos. Munnings visitó Cornualles en 1908 y se convirtió en una importante adición a la Escuela de artistas de Newlyn, estableciéndose finalmente en la colonia de artistas de Lamorna, en Cornualles, en 1911. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Munnings se alistó a pesar de tener un solo ojo. En lugar de estar en el frente, se convirtió en entrenador de caballos del ejército cerca de Reading y en 1918 viajó a Francia como artista de guerra oficial adscrito a la Fuerza Expedicionaria Canadiense. Los óleos y bocetos que Munnings realizó ofrecen una visión de los hombres de la Brigada de Caballería Canadiense y del Cuerpo Forestal Canadiense. Los cuadros de Munnings demuestran tanto el importante papel de la caballería en el Frente Occidental como el trabajo vital tras las líneas que sostuvo el esfuerzo de guerra. Las obras de arte de Munnings durante la guerra fueron fundamentales para su éxito y para que fuera admitido en la Royal Academy of Arts en 1919. Munnings fue elegido Presidente de la Real Academia de 1944 a 1949, y recibió el título de Caballero en 1944. En los últimos años de su carrera, Munnings se convirtió en un detractor declarado del Modernismo; es famoso por un discurso que pronunció en 1949 en el que afirmaba que la obra de Cézanne, Matisse y Picasso había corrompido el arte. Durante su vida estuvo representado por Frost Reed de Londres y, a través de ellos, su obra entró en algunas de las colecciones privadas más prestigiosas de la época. Munnings falleció en 1959 y, a su muerte, su esposa convirtió su casa de Dedham en un museo para albergar su obra. Su obra también se expone públicamente en la Royal Academy, la National Portrait Gallery, la Tate Britain y otros prestigiosos museos.