Neama El Sanhoury

"Recuerdos" Pintura textil 59" x 98" pulgadas por Neama El Sanhoury

2025

La crianza de Neama El Sanhoury en lo que ella describe como un hogar culto es principalmente lo que cultivó su profundo aprecio y compromiso con la rectificación de la riqueza de costumbres y patrimonio histórico y civilizacional de Egipto. Naturalmente, El Sanhoury prosiguió sus estudios en una dirección similar, concretamente en artes aplicadas, así como en egiptología, arqueología y arteterapia en Francia, antes de embarcarse en su carrera artística. El Sanhoury también ha trabajado anteriormente como profesora de arte, diseñadora de interiores y en el sector turístico. Su obra se ha expuesto en solitario y en grupo desde 1995, tanto a escala local como internacional, en Francia, Marruecos y España, y ha recibido numerosos premios y galardones de distintas instituciones nacionales y extranjeras. El impulso inspirador de la "pintura textil" cautivadoramente única de El Sanhoury procede de sus entrañables recuerdos de infancia, que dieron origen a su fijación innata por devolver a nuestra conciencia colectiva los recuerdos de las antiguas civilizaciones que inspiran su obra. El Sanhoury trata de remediar los hilos comunes de la herencia egipcia, la faraónica, la copta y la islámica. Consigue presentarlo a la generación actual con un inconfundible atractivo contemporáneo como algo que educar, atesorar y venerar. Sus "pinturas textiles" están repletas de símbolos y motivos extraídos de la diversa historia civilizacional de Egipto. Entre ellos figuran los jeroglíficos inscritos en sarcófagos, los tradicionales tejidos coptos ornamentados y la familiar mashrabiya islámica de madera. También los marcadores culturales más contemporáneos, como los pequeños quemadores de gas de cobre y las vasijas de barro para el agua, elementos omnipresentes en las casas y calles egipcias, así como los animales típicos y simbólicos que formaban parte eterna de la vida cotidiana de Egipto, como el humilde burro, la gallina, el buey y el pato. Quizá la cualidad más sorprendente de los lienzos de El Sanhoury es que a primera vista y desde lejos parecen pinturas reales. Su excepcional medio no es reconocible al instante, lo cual es en parte su objetivo al crear su arte, establecer la impresión de "pintar con tela", como ella dice. Su arte presenta un incesante elemento de movimiento orgánico que sólo el efecto de la tela podría retratar; ella lo complementa con una paleta totalmente armoniosa pero estimulante en cuanto a sus tonos tenues, naturales y terrosos.