Fotografía en blanco y negro de Alfred Stieglitz

Pocas personas han ejercido una influencia tan fuerte en el arte y la cultura estadounidenses del siglo XX como el fotógrafo y marchante de arte Alfred Stieglitz. 

Nacido en Hoboken, Nueva Jersey, en 1864, durante la Guerra Civil, Stieglitz vivió hasta 1946. Empezó a hacer fotografías cuando era estudiante en Berlín en la década de 1880 y estudió con el renombrado fotoquímico Hermann Wilhelm Vogel. A su regreso a Estados Unidos en 1890, empezó a defender que la fotografía debía tratarse como un arte. Escribió muchos artículos defendiendo su causa, editó las publicaciones periódicas Camera Notes (1897-1902) y Camera Work (1903-1917), y en 1902 formó la Photo-Secession, una organización de fotógrafos comprometidos a establecer el mérito artístico de la fotografía .

Stieglitz fotografió Nueva York durante más de 25 años, retratando sus calles, parques y rascacielos emergentes; sus coches de caballos, trolebuses, trenes y transbordadores; así como a algunas de sus gentes. A finales de la década de 1910 y principios de la de 1920, también centró su cámara en el paisaje que rodeaba su casa de verano en el lago George, Nueva York. 

En 1918, Stieglitz se consumió fotografiando a su futura esposa, la artista Georgia O'Keeffe. Llevaba muchos años queriendo hacer un retrato fotográfico extenso -lo llamaba retrato compuesto- en el que estudiara a una persona durante un largo periodo. Durante los 19 años siguientes, realizó más de 330 retratos acabados de ella. A partir de 1922 y durante toda la década de 1920, también se preocupó por otro tema, las nubes, realizando más de 300 estudios acabados de ellas.

La fotografía siempre tuvo una importancia fundamental para Stieglitz: no sólo era el medio que empleaba para expresarse, sino que, más fundamentalmente, era la piedra de toque que utilizaba para evaluar todo el arte. Del mismo modo que hoy es evidente que los ordenadores y la tecnología digital dominarán no sólo nuestras vidas sino también nuestro pensamiento en este siglo, Stieglitz también se dio cuenta, mucho antes que muchos de sus contemporáneos, de que la fotografía sería una fuerza cultural importante en el siglo XX. Fascinado con lo que él llamaba "la idea de la fotografía", Stieglitz previó que revolucionaría todos los aspectos de la forma en que aprendemos y nos comunicamos y que alteraría profundamente todas las artes.

Las propias fotografías de Stieglitz fueron fundamentales para su comprensión del medio: fueron los instrumentos que utilizó para sondear tanto su potencial expresivo como su relación con las demás artes. Cuando empezó a fotografiar a principios de la década de 1880, el medio apenas tenía 40 años. Complicada y engorrosa y empleada sobre todo por profesionales, la fotografía era vista por la mayoría como una herramienta objetiva y utilizada por su capacidad descriptiva y de registro. 

Cuando la mala salud obligó a Stieglitz a dejar de fotografiar en 1937, la fotografía y la percepción que el público tenía de ella habían cambiado radicalmente, gracias en gran parte a sus esfuerzos. A través de las publicaciones que editó, como Camera Notes, Camera Work, y 291; a través de las exposiciones que organizó; y a través de sus propias fotografías lúcidas y perspicaces, Stieglitz había demostrado de forma concluyente el poder expresivo del medio.

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(Biografía proporcionada por Galería PDNB)