La juguetona mesa Cyclone, diseñada por Isamu Noguchi (1904-88), inicialmente no era una mesa en absoluto. Pero el polifacético artista, que trabajaba en distintas disciplinas y utilizaba materiales muy diversos, probablemente estaba acostumbrado a que las cosas no salieran exactamente como las había planeado. 

Hijo insaciablemente curioso de un poeta japonés y una escritora irlandesa-estadounidense, Noguchi anheló convertirse en escultor desde muy joven. Le conmovió tanto la escultura abstracta de Constantin Brancusi -a quien asistió en París- que pasó varios meses en Pekín y Japón, estudiando caligrafía, dibujo a pincel y jardines. Noguchi viajó mucho y consideraba la materialidad, sobre todo la arcilla y la piedra, como algo elemental e incluso sagrado. Destacó en la escultura y, como escenógrafo durante toda su vida para coreógrafos tan famosos como Martha Graham -a quien conoció mientras esculpía bustos de retratos-, estaba en sintonía única con el movimiento y la relación entre los objetos y su entorno. Noguchi, un artista aventurero, empezó a explorar el diseño de muebles en la década de 1940.

Antes de que se convirtiera en la mesa Cyclone, la pieza de alambre metálico y madera del escultor adoptó la forma de un taburete mecedora para el legendario fabricante de muebles Knoll. Hans Knoll, cofundador de la empresa, se sintió atraído por la característica base de la silla y pensó: "¿Por qué no convertirla en una mesita para complementar la silla de alambre para niños de Harry Bertoia?" La pieza de Noguchi acabó fabricándose en varios tamaños y más tarde, en 1954, evolucionó hasta convertirse en una mesa auxiliar. Hasta 1957, Knoll no la fabricó como mesa de comedor propiamente dicha.