Alfombras Aubusson marroquíes y norteafricanas

Aunque la producción de los auténticos textiles Aubusson y otros muebles se basa en Aubusson, Francia, y en sólo un puñado de pequeños talleres de tejido en la cercana Felletin, los tapices excepcionalmente detallados son conocidos en todo el mundo como tapices de pared, alfombras y tapicerías para una gama de asientos incluidos sofás y sillones.

La centenaria industria de producción de tapices de Aubusson fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009 por la UNESCO, afirmando su importancia en las artes decorativas europeas. El complejo y laborioso proceso de tejer imágenes implica teñir a mano la lana para conseguir matices específicos, lo que confiere a paisajes, escenas y motivos florales un realismo inconfundible.

El estilo Aubusson, que se remonta al menos al siglo XVI, ha cambiado con el paso del tiempo, con los primeros trabajos influidos por las alfombras turcas que eran populares entre la élite europea antes del auge del Renacimiento italiano con sus motivos naturales. En 1665, los talleres de Aubusson recibieron el título de Manufacture Royale, lo que aumentó su visibilidad en Francia y fuera de ella durante el siglo XVII, con la producción de muchos tapices de Aubusson auténticos para palacios reales y otras residencias destacadas.

En el siglo XVIII, el diseño de los tejidos de Aubusson reflejaba la moda de chinoiserie. Durante el movimiento Arts and Crafts de finales del siglo XIX, los artesanos de Aubusson colaboraron con la Old Windsor Tapestry Manufactory de Inglaterra. En el siglo XX, artistas hoy icónicos como Alexander Calder y Joan Miró trabajaron con tejedores de Aubusson en piezas.

El complejo de la Cité Internationale de la Tapisserie, que cuenta con un museo, se inauguró en 2016 en Aubusson para reconocer y preservar este patrimonio.

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