Reloj de pulsera IWC Schaffhausen Omán Khanjar. Oro amarillo, esfera de ónice, año 1972.

Una de las principales empresas suizas de relojes de lujo fue fundada por un estadounidense que vio el potencial de llevar la magnífica relojería suiza a la era moderna mediante la fabricación industrializada y las piezas intercambiables de alta precisión. El relojero Florentine Ariosto Jones (1841-1916), nacido en New Hampshire, que fundó International Watch Company - conocida hoy simplemente como IWC - en 1868, estaba interesado en "combinar toda la excelencia del sistema americano de mecanismos con el trabajo manual más hábil de los suizos".

Al establecer la empresa con otro relojero estadounidense, Charles Kidder, en Schaffhausen (Suiza), Jones utilizó la energía hidráulica del río Rin para la maquinaria de su planta. Repensar el diseño de los relojes daría lugar a uno de los primeros éxitos de IWC: el reloj de bolsillo Pallweber . Basado en una patente de 1883 del relojero austriaco Josef Pallweber, el reloj utilizaba discos numerados para indicar las horas y los minutos saltantes, lo que lo convirtió en pionero de la medición digital de la hora.

Después de que Johann Rauschenbach-Vogel se hiciera cargo del fabricante de relojes en 1880, cuatro generaciones de su familia dirigieron IWC en el siglo XX. En 1905, Ernst Jakob Homberger y su cuñado Carl Jung, el famoso psiquiatra suizo, adquirieron IWC. Homberger compró las participaciones de Jung en 1929, y en la década de 1930, la empresa introdujo relojes de piloto, especialmente robustos y destinados exclusivamente a la industria de la aviación civil. Estos duraderos relojes de pulsera se diseñaron específicamente para permanecer operativos durante los cambios extremos de temperatura. (Como las esferas azules de los relojes están especialmente de moda ahora, El Big Pilot de esfera azul de IWC está teniendo su momento.)

La empresa sigue operando junto al río donde se fundó, y se ha ganado una reputación internacional en los últimos 150 años por sus elegantes diseños y su experta artesanía. Los relojes vintage IWC son muy apreciados por los coleccionistas - de los que hay muchos hoy en día - y, aunque la empresa sigue guardando su atención al detalle y a la calidad, ha impulsado sus diseños clásicos con innovaciones modernas destinadas a resistir el paso del tiempo.

La colección de relojes Ingenieur 2013 de IWC, con su precisión basada en un ingenioso mecanismo de fuerza constante, se remontó a un modelo Ingenieur de 1955 que contaba con una duradera jaula interior de hierro dulce , así como a una actualización de 1976 del destacado diseñador de relojes suizo Gérald Genta que encerraba su mecanismo en una elegante caja de acero. IWC también ha impulsado recientemente la sostenibilidad, diseñando relojes hechos para durar toda la vida y más allá, y obteniendo la clasificación medioambiental más alta de todas las empresas relojeras suizas en un informe de 2018 publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza de Suiza (WWF).

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