Butaca baja de Oscar Niemeyer, Brasil, 1978

Oscar Niemeyer hizo sexy la arquitectura modernista. En sus diseños emblemáticos, como los de , la capital planificada de Brasilia, Niemeyer creó un vocabulario arquitectónico distintivo de curvas amplias, líneas fluidas y formas orgánicas (atributos que también caracterizan sus seductores muebles). Como expresiones de fe en el poder de la arquitectura y el diseño modernos para fomentar el progreso, los edificios de Niemeyer tienen una especie de poesía heroica.

Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho nació en una familia de clase media alta de Río de Janeiro. (Mientras estudiaba, Niemeyer empezó a trabajar para Lúcio Costa, uno de los pocos arquitectos modernistas que trabajaban en Brasil en la década de 1930. Niemeyer sería asignado al equipo de diseño de un nuevo edificio en Río para el Ministerio de Educación y Sanidad. El famoso arquitecto francés de origen suizo Le Corbusier fue contratado como consultor para el proyecto, y a través de él Niemeyer aprendería muchas lecciones sobre cómo aportar una sensación de ligereza estructural a los grandes edificios - aunque nunca adoptaría las formas geométricas propugnadas por Le Corbusier y los miembros de la Bauhaus.

"No me atraen los ángulos rectos ni la línea recta, dura e inflexible, creada por el hombre", escribiría Niemeyer en sus memorias. "Me atraen las curvas sensuales y fluidas".

En ningún otro lugar demostraría Niemeyer su amor por la curvatura de forma más expresiva y elegante que en sus diseños para los principales edificios de Brasilia, proyecto iniciado en 1956. El espectacular Palacio del Congreso presenta dos torres austeras flanqueadas por una estructura abovedada y un edificio en forma de cuenco, para las cámaras legislativas alta y baja. Colocó el Palacio da Alvorada (residencia presidencial) en una pequeña península que se adentra en un lago, de modo que la secuencia de columnas parabólicas de su fachada proyecta una imagen especular sobre el agua. El mayor logro de Niemeyer fue la catedral de la ciudad, una impresionante composición de 16 soportes verticales arqueados con intersticios de cristal tintado.

Cuatro años después de la construcción de Brasilia, en 1960, el gobierno electo de Brasil fue derrocado por un golpe militar. Niemeyer, miembro del partido comunista, fue acosado continuamente por la junta. Abandonó el país y no regresó hasta que se restableció la democracia, en 1985.

Durante su exilio, a principios de la década de 1970, Niemeyer empezó a colaborar en diseños de muebles con su hija, Anna Maria Niemeyer. Sus piezas más conocidas son los muebles de asiento - la tumbona y otomana Alta y la chaise-rocking Rio, que tienen bases fluidas de láminas de madera lacada o acero inoxidable, comparten la estética de la arquitectura de Niemeyer.

Los profundos y grandes cojines del asiento de la Alta, al igual que los diseños de las sillas del compatriota de Niemeyer , Sergio Rodrigues, son un guiño a la afición brasileña por las conversaciones largas y lánguidas. Los ejemplos de ambos diseños tienen un precio aproximado de 20.000 $, dependiendo de la antigüedad, el estado y los materiales. Como verás en estas páginas, los diseños de los muebles de Oscar Niemeyer son elegantes, esculturales, cómodos y confortables, además de un emblema compacto de la obra de uno de los grandes arquitectos de nuestro tiempo.

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