Keith Haring, litografía, década de 1990

Keith Haring empezó a experimentar con su líneas atrevidas y gráficas y figuras inspiradas en dibujos animados en las paredes de las estaciones de metro de Nueva York a principios de la década de 1980. Los llamó su "laboratorio", lugares donde desarrollar una nueva estética radical basada en la ideología de crear un arte público verdaderamente democrático.

Las pinturas de Haring , los grabados y los murales abordan los temas universales de la muerte, el amor y el sexo, así como cuestiones contemporáneas que vivió personalmente, como las epidemias de crack-cocaína y sida. Gran parte de su impacto se debe al poderoso contraste entre estos temas serios y el lenguaje pictográfico alegre y vibrante que utiliza para expresarlos, lleno de figuras danzantes, bebés, perros que ladran, corazones y líneas rítmicas, así como referencias a la cultura pop.

Para hacer su arte aún más accesible, en 1986, Haring abrió la Tienda Pop en el Soho. En un presagio de la actual mezcla de arte y moda, la tienda vendía artículos y novedades con imágenes de Haring y contemporáneos como Kenny Scharf y Jean-Michel Basquiat. Aunque a veces sus obras incluían texto, en su mayor parte optaba por comunicarse a través del dibujo. 

"Dibujar sigue siendo básicamente lo mismo que ha sido desde la prehistoria", declaró Haring en una ocasión. "Vive a través de la magia".

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