Dos grabados en madera de Georges Rouault

Realizada en 1937, Carlotta pertenece a un grupo de retratos de miembros de la sociedad. A diferencia de Picasso y Toulouse-Lautrec, que retrataban a estos individuos con patetismo, el enfoque de Rouault era descarnado y crudo. En la presente obra pueden distinguirse varias capas de pigmento; la acumulación de capas translúcidas y opacas de pintura crea una tridimensionalidad que caracteriza la obra más fuerte del artista. Además, la obra destaca por las profundas franjas de negro que delinean al sujeto, lo que representa un elemento característico del retrato de Rouault de este periodo.