Antonio Reyna Manescau, Squero San Trovaso, Venecia, Acuarela hacia 1890.

Antonio María Reyna Manescau, nacido el 5 de diciembre de 1859 y fallecido el 3 de febrero de 1937, fue un pintor español que desarrolló la mayor parte de su carrera en Italia. Probablemente miembro de la Escuela de Pintura de Málaga, estudió con Bernardo Ferrándiz y junto a Moreno Carbonero. A los veinte años se trasladó a Italia, donde recibió la influencia de artistas expatriados italianos y españoles, y donde vivió el resto de su vida. Tras su primera estancia en Venecia en 1885, se especializó en la pintura de paisaje. Es muy conocido por el preciosismo de sus vedutas venecianas, la importancia que concede a la representación precisa de los detalles arquitectónicos y su dominio del color. Entre sus obras más importantes se encuentran sus numerosas vistas de los canales venecianos y la plaza de San Marcos, la clásica escena de Floralia (desaparecida durante la Guerra Civil española) y el Rancho Andaluz. Nacido en la localidad de Coín (Málaga), fue uno de los diez hijos (seis de los cuales murieron en la infancia) de Francisco Reyna Zayas (1825-1892) y Matilde Manescau y Otsman (1823-1910). Sus padres gozaban de buena posición social, siendo su tío José Reyna Zayas alcalde de Coín cuando Antonio era niño. Siendo todavía un niño pequeño, Antonio mostró una gran habilidad para el dibujo. Aunque siguió viviendo en Coín durante el resto de su infancia, comenzó su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Málaga, donde recibió clases de Joaquín Martínez de la Vega, primero, y de Bernardo Ferrándiz, fundador de la Escuela de Pintura de Málaga, después. Estudió junto al futuro maestro José Moreno Carbonero, que sólo era un año mayor que él. Desde muy joven, expuso regularmente sus obras, destacando en el medio artístico local por su uso de los colores, el atractivo de sus composiciones y la agilidad de sus pinceladas. En 1880, a la edad de 20 años, vendió su primera obra importante para el ayuntamiento de Coín