siglo XX, Tomaso Buzzi Juego de tres maceteros

Arquitecto, urbanista, diseñador de vidrio, muebles y paisajes, y decorador de interiores, Tomaso Buzzi fue un hombre del renacimiento del siglo XX. Buzzi, junto con su frecuente colaborador Gio Ponti, lideró el movimiento italiano Novecento Milanese de los años 20 y 30, un equivalente aproximado del movimiento Art Déco francés. Aunque Buzzi es apreciado por sus sillas, mesas y otros muebles que modernizaron las majestuosas líneas de los diseños del siglo XVIII, se le conoce sobre todo por la extraordinaria cristalería de tonos joya que produjo en una etapa de dos años como director artístico de la cristalería Venini en la isla veneciana de Murano.

Buzzi nació en 1900 en la ciudad de Sondrio, en la región de Lombardía, al norte de Italia. Estudió en el Politécnico de Milán y, poco después de licenciarse, se unió a la animada escena milanesa de las artes decorativas. En 1927, él y Ponti se unieron a sus colegas diseñadores Paolo Venini y Michele Marelli para formar una colaboración de diseño llamada Il Labirinto (El Laberinto), la respuesta italiana a la Wiener Werkstätte. En 1932, cuando la empresa de vidrio de Venini perdió los servicios de diseño del escultor Napoleone Martinuzzi, que se marchó para fundar su propia fábrica, recurrió a Buzzi. El minucioso estudio del diseño de iluminación y el amor por la experimentación del joven arquitecto dieron lugar a importantes innovaciones en las luminarias de cristal de Murano. Las formas de sus vajillas se inspiran en fuentes de la Antigüedad tan diversas como las urnas persas y las jarras etruscas con forma de animal. Buzzi desarrolló un complejo método de estratificación del vidrio que producía profundos y brillantes colores pastel que iban del rosa al melocotón, pasando por el verde mar y el azul pizarra.

Los muebles Buzzi destacan por su elegancia y nobleza. Las delicadas sillas con respaldo en forma de flecha y los elaborados armarios de madera burilada son típicos de su estética, y añadirían una nota sofisticada a cualquier habitación, moderna o tradicional. Y una pieza ejemplar de la vibrante y lustrosa cristalería de Buzzi merecería un lugar de honor en toda colección de diseño.