Tocadiscos Braun SK61 y altavoz de suelo L1 de Dieter Rams

El diseñador industrial alemán Dieter Rams es venerado por la electrónica y los bienes de consumo sencillos e intuitivos que creó para Braun -donde trabajó de 1955 a 1997, la mayor parte de ese tiempo como jefe de diseño- y por sus muebles atemporales para Vitsœ, empresa con la que sigue colaborando en la actualidad.

Menos conocidos son el interés que Rams presta desde hace tiempo a la sostenibilidad y su incómoda relación con la tecnología contemporánea, incluso cuando diseñadores de Silicon Valley como Jonathan Ive, de Apple, siguen sus racionales pasos.

Durante el periodo de reconstrucción de la posguerra alemana, Rams y su equipo de diseñadores de Braun, inspirados por la Bauhaus y la Escuela de Diseño de Ulm, se centraron en la simplicidad extrema y la facilidad de uso, al tiempo que concebían productos con una apariencia moderna y progresista.

Entre los diseños más emblemáticos de Rams se encuentra el fonógrafo y radio SK 4, creado en 1956, que tenía una compacta caja de metal blanco rematada por una revolucionaria tapa de plexiglás transparente que dejaba ver unos sencillos controles grises en su interior (recibió el apodo de Ataúd de Blancanieves). Pero es la radio portátil T3, de 1958, la que más entusiasma hoy a los aficionados al diseño: Una caja rectangular blanca con un cuadrado perforado para el altavoz y un mando circular, que tiene un parecido inconfundible con el iPod original de Apple. (Mucha gente observa también que la aplicación de calculadora del iPhone se parece notablemente a la calculadora Braun ET 66, con sus botones circulares codificados por colores).

A finales de la década de 1970, Rams expuso sus ampliamente estudiados 10 principios para un buen diseño: Es innovador, hace que un producto sea útil, es estético, hace que un producto sea comprensible, es discreto, es honesto, es duradero, es minucioso hasta el último detalle, es respetuoso con el medio ambiente y tiene el menor diseño posible.

Uno de los principios de Rams que no se ha trasladado a nuestra era contemporánea es su énfasis en la longevidad. "El tiempo del diseño irreflexivo y del consumo irreflexivo se ha acabado", dijo en 1976, insistiendo en la necesidad de conservar los recursos naturales, incluso cuando estaba ocupado diseñando productos de plástico.

Rams también ha expresado sus reservas sobre cómo la electrónica ha evolucionado en las últimas décadas, pasando de ser herramientas para mejorar la vida a obsesiones que chupan el tiempo. "Cada vez que cruza una calle y ve a la gente pegada a sus teléfonos, no puede concebir cómo hemos llegado a este punto", dice el cineasta Gary Hustwit, cuyo largometraje documental on Rams se estrenó en 2018. "Creo que le entristece un poco todo este trabajo que hicieron en los años cincuenta y sesenta, que tenía un punto de vista muy idealista, siendo un peldaño para llegar a donde estamos ahora, y el ansia actual de tecnología".

Si a veces parece que los dispositivos digitales complican la vida, el precepto de Rams sigue siendo el mismo de siempre: "Volver a la pureza, volver a la simplicidad".

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