Boo excesivo: Glacé

Henry Baumann, artista afincado en Berlín, transforma materiales pasados por alto y aparentemente sin valor en creaciones extraordinarias que redefinen su finalidad. Sus composiciones juguetonas, aunque visualmente desenfadadas, ocultan una impresionante integridad estructural que cautiva al espectador. Su obra abarca una gama notable, desde esculturas conceptuales a gran escala hasta piezas íntimas de diseño de mobiliario e iluminación, mostrando su versatilidad e ilimitada creatividad.

La aclamada serie Boo de Baumann personifica su arte, con mesas y asientos fabricados con burbujas de resina meticulosamente apiladas. Estas formas orgánicas, influidas por el azar pero guiadas por sus reflexivos marcos, brillan con una suave translucidez que imparte una sensación de fluidez y elegancia. Apoyadas sobre pies de latón pulido, las piezas invitan al tacto con sus superficies lisas y mates, logrando un equilibrio armonioso entre estructura y espontaneidad.

Evita los bocetos iniciales y trabaja intuitivamente, abrazando lo inesperado. "Cuando experimento con estos materiales, a menudo empiezo con una idea que fracasa, pero a través del fracaso surge algo inesperado. Me fascina ese proceso", afirma.

Licenciado en Diseño de Productos por la Akademie Beeldende Kunsten de Maastricht (Países Bajos), Baumann irrumpió en escena en 2012 al ganar el Premio de Diseño de Reciclaje. Sus innovadoras obras han sido encargadas por coleccionistas privados de Maastricht y clientes comerciales como Novotel. Su extenso historial de exposiciones se extiende por Viena, Düsseldorf, Milán, Ámsterdam y otros lugares, y sus obras figuran en colecciones de museos como el Kunstfestival Watou de Bélgica y el Kunstkraftwerk Leipzig.