Cuenco Gigante de Hormigón, Carbón y Ceniza

Chris ha pasado recientemente de fabricar objetos bellos y perfectos a fabricar objetos bellos e imperfectos. An He ha descubierto que el carácter y la singularidad de cada pieza son el resultado directo de sus defectos. La escucha del material (así como algún que otro accidente feliz) da lugar a nuevas técnicas que conducen constantemente su trabajo hacia una nueva dirección. Todas las piezas se fabrican en pequeños lotes y en cantidades limitadas. Cada pieza es naturalmente única. Cada mezcla de hormigón se adapta al tamaño y la forma del artículo, y deja una huella del proceso en la pieza moldeada. Las burbujas, las marcas de flujo, las líneas de molde, las huellas dactilares, la segregación de materiales y las marcas de máquina están incrustadas en el diseño y la fabricación de cada pieza. Chris puede tener procesos dedicados, pero no es una cadena de montaje que lucha por la uniformidad. Los desconchones y las grietas, junto con otras imperfecciones, se aceptan y se celebran. El hormigón puede ser un material muy brutal, o puede ser sensual y táctil, pedir a gritos que lo toquen. La mezcla fluida podría separarse, el agregado podría hundirse o flotar. Lentamente se solidifica, bloqueando para siempre esta segregación material. La textura viene dictada por las superficies del molde, pero puede manipularse posteriormente esculpiendo y puliendo. A Chris le encanta jugar con estas cualidades dinámicas. Le encanta tomar formas cotidianas, manipular su escala y densidad y, a su vez, fundir no sólo muebles y decoración para el hogar, sino artefactos que podrían durar siglos.