Siglo XX Ico Luisa Parisi Cerámica amarilla para Zanolli Sebellin

El arquitecto, artista y diseñador de muebles italiano Ico Parisi (1916-96) y su esposa y frecuente colaboradora, Luisa Parisi (1914-90), formaron uno de los equipos de diseño europeos más prolíficos y animados de la posguerra. Juntos crearon una estética magnética que combina la refinada angulosidad y elegancia de la obra de Gio Ponti con la vivacidad y ligereza de los muebles de Carlo Mollino. 

Ico Parisi -su nombre de pila es la abreviatura de Domenico- nació y creció en Palermo. Se trasladó a la ciudad septentrional italiana de Como a principios de la década de 1930 y vivió y trabajó allí el resto de su vida. Inicialmente estudió y trabajó como ingeniero civil, pero más tarde se asoció al estudio del arquitecto Giuseppe Terragni, uno de los líderes del movimiento de diseño racionalista, severo y formal. Ico se movía en círculos artísticos que incluían Lucio Fontana y Bruno Munari; tras casarse con Luisa Aiani -una antigua alumna de Gio Ponti- en 1947, su estudio de diseño se hizo famoso como salón de artistas. La gran oportunidad de la pareja como diseñadores llegó al año siguiente, cuando se expuso su trabajo, junto con el de Carlo Mollino, Paolo Buffa, Franco Albini y otros grandes, lo que les llevó a firmar contratos con fabricantes como Cassina y Singer Sons.

Lo que atrajo a estas empresas fue la fluidez de los Parisis con una amplia gama de formas de mobiliario. No hay dos looks iguales. Su obra incluye una serie de mesas de café y comedor y consolas para Singer Sons creadas a principios de la década de 1950 que presentan tableros con muescas y patas en forma de jabalina, y armarios y credenzas como los que tienen frentes lisos y detalles de madera de teca moldeada y contrachapada para MIM Rome (1959). Sus sillas abarcan desde elegantes piezas de comedor con respaldos flexibles en forma de hueso para Singer Sons hasta la exuberante silla Modelo 813 Uovo, o Egg chair, para Cassina (1951). Entonces, como ahora, los muebles Parisi pueden llenar toda una decoración, y aun así parecer eclécticos y a la altura del estilo.